Coaching ejecutivo

Cuando los líderes llegan a puestos altos, de alta gerencia, puestos de dirección o inclusive el puesto más alto dentro de una empresa, por la propia estructura de la organización, típicamente no tienen con quién entablar una conversación profunda donde analizan ciertos temas.  Por ejemplo, con quién analizaría el líder o la lider las siguientes preguntas:

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 ¿Es mi equipo áltamente efectivo?

¿Las relaciónes de mi equipo son las mejores? ¿Tengo buena relación con el, la, los propietarios de la empresa, o la junta directiva?

¿Cúales son mis fortalezas?

¿Mis debilidades?

¿Cómo estas mismas me están afectando?

¿Debo tener una conversación difícil con alguien, que estoy postergando? 

¿Qué temo que pueda suceder en esta conversación y qué me genera ansiedad, que hace que termine evitando dicho encuentro?

¿Soy feliz con lo que hago?

¿Estoy motivada y tengo proyectos que me emocionan a futuro?

¿Tengo balance en mi vida?

¿Soy un líder que motiva? ¿Me da miedo preguntarle a mi equipo esto?

¿Mi equipo se siente 100% cómodo de decirme las cosas que piensan, de darme retroalimentación totalmente transparente?

¿La administración de mi tiempo está alineada con cumplir las metas que me propongo a corto, mediano y largo plazo?

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Una vez que la persona enfrenta estas preguntas, debería diseñar un plan para abordarlas. ¿Con quién diseña este plan y cómo le va a dar seguimiento?  ¿Quién va a ser su compañero de "accountability" y le va a dar retroalimentación sobre el proceso, o incluso le va a hacer más preguntas que lo hacen revisar el proceso?  Todas estas son las funciones de un coach ejecutivo, y todo líder debería tener su coach, o al menos haber experimentado pasar por un proceso de coaching ejecutivo.